miércoles, 8 de septiembre de 2010

Santillana del Mar y Las Cuevas de Altamira, un precioso legado a conservar.

La villa de Santillana del Mar se encuentra situada en la costa occidental de la Comunidad Autónoma de Cantabria, a 31 Km. de Santander y muy cerca de otras localidades turísticas como Suances,  Comillas etc y de la ciudad industrial y comercial de Torrelavega. Fue elegida como uno de los pueblos más bellos de España y es mundialmente conocido   por su singular casco medieval y por Las Cuevas de Altamira, declaradas éstas  Patrimonio de la Humanidad.


Santillana del Mar  es una villa que conozco bastante bien, no en vano fue la población que me vió nacer y en donde, junto con otros niños del pueblo nacidos en plena época de posguerra, vivimos nuestra niñez y parte de la juventud. Por lo tanto, son muchos los recuerdos que afortunadamente se agolpan en mí memoria de aquella época. En Santillana conservo a buena parte de mi familia, junto con amigos y conocidos de la infancia, por lo qué, aunque ahora no vivo allí, siempre es un placer cada vez que me acerco por la villa cántabra, cosa que hago siempre que puedo.  Encontrarme en sus empedradas calles del casco monumental y saludar a las personas con las que he compartido una buena parte de mi vida. Una agradable situación que me aporta una gran satisfacción y placer.




Cuando camino por sus calles aún recuerdo las frías mañanas de invierno camino de mis primeros colegios en el convento de Las Clarisas o la Escuela Nacional. También caminando hacia el convento de Las Dominicas, donde todas las mañanas a las 7,30 y por la tarde a las 6, por decisión de mi padre, acudía para ayudar en los oficios de la misa, al fallecido capellán del convento, el Padre Florentino, una gran persona. También recuerdo con agrado, las riquísimas galletas, elaboradas con maestría por las manos de la comunidad de monjas Dominicas que integraban "el convento de atrás" como se lo conocía entonces por los habitantes de la villa. Un detalle con el que  las agradecidas monjas me obsequiaron por el servicio desinteresado que todos los días, al igual que otros niños de la villa, prestábamos a la comunidad religiosa y quizás también por el sacrificio, que a mi corta edad, suponía madrugar tan temprano todos los días del año.

Aquellos eran tiempos difíciles y muy diferentes a los que vivimos hoy,  tiempos en los que los estamentos religiosos de una forma o de otra, nos imponian la practica de la religión catolica. Ésta estaba muy arraigada en todas las familias de la villa, era de obligado cumplimiento asistir a casi todos los oficios religiosos que se celebraban, tanto en los dos conventos como en la colegiata. 

Como ya he comentado, corrían aires de plena posguerra, donde se vivía prácticamente por subsistencia en donde lo superfluo no tenía cabida. No recuerdo haber pasado hambre, pero en las casas y en las familias de Santillana, al igual que en el resto de Cantabria y España, había escasez o necesidad de algunas cosas, quizás no tanto de alimentos básicos, aunque éstos eran limitados, pero si de otras cosas necesarias también para una vida normal. No había tanta abundancia ni tantos medios como los que hoy la sociedad dispone y a veces, por sus comportamientos, parece que desprecia, o no darse cuenta de donde venimos. 
Unos tiempos muy difíciles en donde los vecinos podían o no tenían más remedio que practicar el trueque, en las cinco tiendas/bar que existían en la villa. Trueques de  huevos de sus gallinas y otros productos de sus cosechas, por otros alimentos como azúcar, café o aceite etc.  
En aquellos tiempos, un aspecto tan importante para la vida como es la salud y su atención, ésta milagrosamente era atendida por la generosa pericia,  conocimientos y buen hacer de los médicos de la villa los Doctores Montse Fernandez y  Angel Otí, con  la colaboración tambien de Don José Ruiz, "él practicante". Unos personajes que desde la escasez de los medios de los que disponían, hacían verdaderas maravillas con nosotros y nuestra salud cuando nos poníamos enfermos. 
Incluso el Doctor Montse, en alguna ocasión que asistimos, mi madre y yo a la consulta, nos recetaba un remedio que creo que en la época era infalible, le decía a mi pobre madre, "mata un pollo, cocina éste y que se alimente con él,  verás como se cura". Ésta seguía sus consejos al pie de la letra, el caso es que recuerdo que él remedio funcionaba, como lo demuestra el que hoy a pesar del tiempo trascurrido aún estoy por aquí jejeje.

Con éstas anécdotas y otras, el caso es que vistas  desde la distancia  en el  tiempo y la trasformación que ha sufrido nuestra sociedad, tengo muy claro como hemos superado esa dura fase de nuestra vida, escapando y saliendo de "ese pozo" de la historia en el que estaba sumido nuestro país y como hemos llegado hasta aquí. Hoy no tengo duda, que la solidaridad y generosidad que existía entre vecinos o entre la mayoría de sus habitantes, ha sido la clave fundamental para superar muchas cosas de esa fase de nuestras vidas. Todo el mundo, sin importar que o  quién, nos ayudábamos con lo que pudimos, los unos a los otros,  con el trabajo en los establos, pajares, el campo o  las huertas etc. Nos ayudábamos con el trabajo, pero también con alimentos, con ropas que iban dejando los más mayores utilizadas por los más pequeños, unos con unas cosas y otros con otras, todos aportamos, desde los niños hasta los mayores, nuestro granito de arena colaborando unos con otros, para así salir adelante. Una situación que hoy en parte, a pesar de que disponemos de mas medios, con la llegada  de esta vida tan material y a veces tan impersonal, en donde en algunas ocasiones la convivencia o relación entre los vecinos, especialmente de los edificios de viviendas colectivos de las ciudades, se ha perdido y a veces ya ni nos conocemos o saludamos  cuando nos encontramos, una pena....... 
Esta experiencia que os cuento de aquella época, que aunque existía en toda la villa, la viví, muy especialmente con mis vecinos de la calle de Los Hornos o la Fontanilla. A mi familia la ayudo mucha gente de Santillana y nosotros con nuestros recursos o trabajo, también ayudamos a otros, eso yo nunca lo olvidaré, por lo tanto, a mi pueblo y mis vecinos siempre les estaré muy agradecido.





A pesar de esta situación tan precaria, niños y mayores convivíamos con alegría. Recuerdo las prolongadas tardes del verano en las  que los niños o los jóvenes, a pesar de que no disponíamos de los medios de diversión que hoy ofrece la sociedad moderna,  no parábamos de corretear o jugar de una parte para la otra,  entre los monumentos del casco antiguo de Santillana y sus alrededores, diversión que apurábamos todo lo posible hasta recogernos en casa junto a nuestros padres, llegada la noche, deseando fervientemente que llegase el día siguiente para después de atender o cumplir con nuestras obligaciones, continuar con nuestra espontánea y juvenil alegría, disfrutando de nuestros juegos. 
Recuerdo con agrado  los domingos en verano, cuando nos acercábamos caminando hasta la playa de Santa Justa en Ubiarco o la cala costera de zapera, cuando eramos menores acompañados de nuestras familias con la comida preparada en casa, para pasar  todo el día allí, entre la convivencia de los mayores y los juegos de los niños, dándonos continuos baños y jugando en el agua del mar. 
Recuerdo también,  los baños clandestinos desnudos, durante el verano, al atardecer o al caer la noche, en el lago de la finca de la Marquesa Doña Blanca, bañándonos siempre con  inquietud y sobresalto,  pendientes por si se presentaba en algunas ocasiones y por sorpresa, "Toñín" el guarda de la finca, una situación que cuando en alguna ocasion aparecía por allí, nos hacía saltar del agua como un resorte y poner pies en polvorosa, por el miedo del secuestro de nuestra ropa por el bueno de Toñin y tener que regresar a casa desnudos, temerosos de las consiguientes reprimendas o castigos de nuestros padres por semejantes travesuras.

Un recuerdo que guardo con especial cariño, es cuando por sus requerimientos me acercaba por el taller del que fuera reconocido como gran Escultor y Artista, Jesús Otero ( gran amigo de mi padre), una persona muy especial, muy culta y con una personalidad muy marcada por firmes convicciones ideológicas de izquierda. Una situación muy difícil de mantener y mucho menos exteriorizar en aquella España de posguerra y de dictadura. Pero Jesús , era así. A pesar de las limitaciones impuestas por el sistema, Jesús cuando hablaba con nosotros nunca nos ocultaba nada de sus ideas y siempre nos trataba de transmitir sus conocimientos. Éste siempre acompañado de   sus inseparables, dóciles y cariñosos compañeros, los perros "Leo" y "Leal", nos daba  sabios consejos, que aún recuerdo con agrado. Consejos y comentarios , en los que trataba de transmitirnos su parecer y forma de ver la vida, con la idea de que te estos pudieran ser de utilidad en nuestro futuro. Consejos de orientacion a unos jóvenes ávidos e inquietos por aprender algo mas y diferente de lo que nos aportaba la escuela, su forma de pensar y ver la vida desde el punto de vista de su privilegiada mente. 

La presencia en el taller de Jesus,  en muchas ocasiones estaba motivada, porqué el reconocido artista escultor, cuando un joven del pueblo pasaba por la cercanía de éste, requería de nuestra ayuda para mover las pesadas piedras que trabajaba o para darle a la manivela de la rustica pero eficiente fragua,  en la que con sabiduría artesana, a golpe de martillo, daba forma a sus candentes hierros, templando o afilando los mismos como requería el complicado trabajo de expresar con el mazo y el cincel, en un bloque de dura piedra, lo que el artista- escultor llevaba en su cabeza. Gracias Jesús D.E.P., cuanto me acuerdo de ti, que buenos consejos nos dabas y cuanto aprendí de tus sabias charlas.





Recuerdo también, principalmente en la noches veraniegas, la actuación de los teatros ambulantes y sus rifas, unos teatrillos de titiriteros de la época, que actuaban periódicamente  en la plaza de Santo Domingo (frente a la tienda de Sagrario) ante una animada concurrencia de niños y mayores. También la cabalgata de los Reyes Magos, que tan sabiamente creó el fallecido y siempre recordado capellán de Las Clarisas don António Niceas. Cabalgata que hoy aún se mantiene viva, incluso mejorada, por la contribución generosa de los vecinos de Santillana. Una cabalgata llena de magia, luz y  color,  que todos los años muestra  su mejor esplendor en las frías noches del 5 de enero, para deleite de los habitantes de la villa y publico allegado, especialmente los más pequeños, que con la expresión, mitad sorpresa y mitad alegría, reflejada  en sus rostros, la reciben.

Sobre Antonio Niceas, he escrito en otra entrada de este blog que podeis leer pulsando este enlace

Recuerdo nuestra primera sesión de cine, en los bajos de la sala capitular de la colegiata, donde nuestro párroco y gran persona Don Francisco Navarro D.E.P., que con su inteligencia, generosidad y buen hacer, era conocedor de la importancia del cine para el entretenimiento y la cultura de las personas. El buen párroco, conocedor de todo ésto, promociono la creación de él primera sala de cine de Santillana, dando con ello la oportunidad a  los vecinos, de asistir todos los domingos a disfrutar del denominado como VII Arte, aprendiendo y viendo también en el  cine, cosas desconocidas para nosotros, ya que la TV por aquellos tiempos aún no había llegado en España.

Recuerdo también  las jornadas en el club juvenil en la calle Los Hornos (la calle donde nací) en los bajos de las casas del párroco  Don Francisco Navarro, donde el objetivo principal de tan entrañable lugar, entre otras cosas, era la convivencia de la juventud, con el fomento y desarrollo de actividades socio culturales o deportivas, como las partidas de dominó o los distintos juegos de mesa, la promoción de las salidas a la naturaleza como la ruta de senderismo al Cares, los Picos de Europa y otras actividades. Actividades que en algunas ocasiones eran acompañadas con la presencia y participación de los seminaristas de  la Universidad Pontificia de Comillas, que se acercaban por allí compartiendo y conviviendo con nosotros 

Recuerdo también con cariño,  los numerosos ratos que pasábamos  en el campanario de la colegiata, donde ascendíamos por su empinada escalera de madera para acompañar al campanero oficial "Fredín el de Claudia" y darnos el gustazo de tocar y voltear manualmente las enormes y sonoras campanas, en los horarios previstos para llamar a los oficios, que diariamente se celebrarán en la colegiata, disfrutando desde lo alto de tan insigne lugar, la excepcional vista de toda la villa de Santillana y su entorno que desde allí se disfruta, y donde siempre que podíamos  nos refugiabamos allí, en el que era uno de nuestros escondites preferidos. Aveces haciéndonos los remolones para no asistir a los citados oficios que se celebraban en la colegiata, por cuya actitud, el fallecido sacristán Don Pedro Oreña, a veces nos sorprendió en nuestro escondite con sus famosos pellizcos.

Allí en ese lugar del campanario, fue también donde fumábamos nuestros primeros pitillos de Celtas, Jean, Peninsulares o Ideales, tosiendo con estrépito y sorpresa ante la prueba de tan novedosa experiencia. 

 En periodos en los que no teníamos que acudir a la escuela o cuando disponíamos de tiempo, nos desplazábamos hasta Las Cuevas de Altamira, que con la ayuda de nuestros vecinos, guías de las cuevas, los siempre recordados Manolo, Gelito, Pelayo, Fin, Manolin etc, etc, éstos nos "colaban" entre los turistas o visitantes, durante alguna de las visitas a la cueva y sala de las famosas pinturas rupestres. Los recordados guías, nos ofrecían la oportunidad de disfrutar del privilegio de visitar las pinturas originales de Altamira, una maravilla de la que junto con otros jóvenes de la villa, disfruté en muchas ocasiones y que  recuerdo con nostalgia, ya que hoy no podría visitarlas, al estar éstas limitadas o cerradas a las visitas públicas. Gracias a todos ellos por esos extraordinarios momentos vividos.



                                     

                                     

También recuerdo los juegos de niño detrás de la colegiata, en el campo de Santa Juliana, donde en la primavera solíamos acudir a capturar grillos, que después cantaban en nuestras casas, o los ruidosos Jorges y sus característicos sonidos de vuelo. En San Roque o en la Robleda, donde jugábamos a los bolos o al balón etc.  formando equipos que nos enfrentábamos deportivamente los unos a los otros,  en donde tuve el honor de jugar al balón en sus inicios, con uno de los deportistas más notables que ha dado el deporte español en los últimos tiempos, el amigo de la infancia ya retirado del fútbol, Carlos Alonso González (Santillana), para nosotros, "Carlitos, el del cuartel", delantero centro de el Racing de Santander,  Real Madrid y de la Selección española de fútbol, uno de los mejores rematadores de cabeza del Mundo, nativo y criado en Santillana junto a todos nosotros.

Con respecto al mundo del futbol, lo que en mi opinion resulta curioso de destacar, es el que un pueblo como Santillana de apenas 2000 hab, del que han salido varios futbolistas como Carlos Alonso "Santillana", Manolo Ventisca, Paco Gómez etc. que han jugado en equipos de primera, segunda, tercera división etc. Hasta el año 2016 que se inauguro el nuevo campo que lleva el nombre del famoso ariete "Santillana", él pueblo  no contase con ninguna  instalación deportiva en la que se pudiese practicar el juego del balompié. Hasta esa fecha y como ya he comentado, jugábamos  entre los arboles de "la robleda" en la que estos hacían las veces de portería, en  fincas ganaderas y donde buenamente podíamos. En fin....cosas de aquel tiempo. 

Entre otros juegos y en la propia carretera general de acceso a la villa, también practicamos  las carreras en motopié o carretones, artilugios que fabricamos nosotros mismos con madera y rodamientos de bolas desechados por la industria, o las carreras y paseos  en bicicleta etc.




Todos estos momentos que os cuento y otros que me tocó vivir y a buen seguro, otros muchos, que sin duda, estaré dejando en el tintero, la mayor parte de ellos se desarrollaban recorriendo la monumental villa, de una parte para la otra, entre las casas y monumentos que componen Santillana del Mar. A buen seguro, junto con otros momentos de nuestras vidas, estos quizás, fueron los que con una mayor incidencia contribuyeron notablemente a forjar nuestra personalidad, y quizás marcaron en mis compañeros de infancia y en mí, nuestro carácter y de alguna forma nuestro futuro.





Cuando aún en Santillana no había agua corriente en las casas, ni por supuesto red de alcantarillado de saneamiento público, la población se proveía del liquido elemento, esencial para la vida, de los manantiales y pequeños arroyos, como las fuentes de La Fontanilla, La Lichona, El Canto, Millan, Tarrío, La Vieja etc. En aquella época, en la villa solo había una casa que disponía de suministro de agua propio, el palacio de La Marquesa de Benameji, que se abastecía de la captación de agua del manantial situado en el paraje denominado como "Páblo", agua que a través de un deposito y una tubería, primero suministraba al lago de la finca y después al palacio. Las  fuentes públicas llegaron mas tarde, fruto de la buena gestión, entre otras personas, del alcalde Jesús Junco, persona que tenia acceso e influencias entre algunos de los mandatarios de la época, entre ellos, los Organismos de Turismo, aprovechando éste, cuando estos promovieron y realizaron la traída de suministro de agua al Parador de Turismo Gil Blas, aguas captadas en los manantiales de los parajes denominados como "el higuero" o "el caserio de Miguel". El citado alcalde, solicito o negoció con ellos la creación de las fuentes públicas de la calle El Rio, la Plaza Mayor, la Calle Carrera o La fuente de La Cabra, en el campo de Revolgo. Fuentes en las que también colaboro, con su toque personal, el Artista Escultor Jesús Otero, labrando los sillares y la ornamentación que hoy embellece a éstas. Rápidamente éstas fuentes   se hicieron presentes en la vida de los habitantes del pueblo, donde diariamente los niños y mayores acudimos con cubos, para llevar agua a nuestras casas. Agua que como caída del cielo, vino a cubrir nuestras necesidades diarias.

También creo que es interesante de resaltar un detalle importante de la época, el lavado de la ropa.  Las mujeres de la villa, en muchas ocasiones ayudadas por sus hijos, acudían a lavar sus ropas a los lavaderos públicos de Santillana. Después y con el paso del tiempo, llego la traída de aguas a las casas , donde en principio solo se instalo (normalmente en los establos o en algún portal) un grifo por casa.  Con éste panorama, resulta evidente que sin agua en las casas, hasta entonces no existían ni  baños, ni duchas, ni por supuesto váteres, por lo tanto  el uso de los  recurrentes orinales, jarras o palanganas resultaba muy  común y  los establos del ganado también eran los lugares habituales para la higiene  de las personas. 
Esto me resulta curioso, porque no sé por que extraña razón o motivo, cuando hoy comento ésta dura o peculiar situación que hemos vivido,  padecido y superado, con algunas de las personas de la villa de mi edad, estos en algunos casos me cuentan, que en sus casas si había baño, yo me pregunto, ¿pero como iba  haber baño, si no había agua corriente en las casas, ni por supuesto red publica de saneamiento?, en fin....pienso que quizás esto obedezca a cosas de la vida y de las debilidades humanas.

Con el abastecimiento de agua desde el río Saja, hoy toda ésta red de fuentes  están conectadas a la citada red. Por la precaución de la posible contaminación de sus aguas y la falta de salubridad de éstas, hoy los manantiales están en desuso y el agua de las fuentes públicas y el suministro en general, como en la mayoría de los núcleos urbanos de nuestro país, ésta con tratamiento de cloro. 

En estas condiciones y en aquella dura época, sin duda, como caso especial o excepcional,  he visto y sentido el actual emerger del turismo, al percibir como unas personas que atraídos por las bellezas de este singular núcleo urbano, timidamente comenzaban a visitar "la villa de piedra" y sus monumentos. La mayoría de este incipiente turismo se alojaba en el recién creado Parador Nacional de turismo "Gil Blas". En donde en las proximidades de la puerta de acceso al citado Parador, los habitantes de Santillana, especialmente los niños, nos dábamos cita tímidamente, siendo testigos en aquella especial época de la presencia  de personalidades de todo tipo, como la familia Franco, los entonces Príncipes Juan Carlos y Sofía y sus padres, los presidentes Charles Degaulle, Perón, Hiro Hito, Batista, el Torero Dominguín o la actriz Sofía Loren, etc. Una presencia de personas y personalidades que desataba nuestra curiosidad, sin aun saber muy bien a que acudía esta gente a nuestra villa.

También desde joven he visto y sentido como la Villa de Santillana, poco a poco, se iba transformando y convirtiendo en lo que hoy es, un centro de turismo de primer orden internacional. He sido testigo y aun recuerdo como en el final de los años 50 del pasado siglo, cuando apenas tenía 10 años, como ya he comentado en una España aún con las secuelas de la posguerra, donde evidentemente eran otras las necesidades o los problemas más fundamentales y prioritarios que estaban en la mente de los ciudadanos, muy diferentes a los que tenemos hoy, donde el turismo o las vacaciones para la población de nuestro pais, en la mayoría de los casos se consideraban un exceso cuando no un vicio y no  una necesidad. Con esa mentalidad he conocido a mucha gente de  Santillana que presumía de no haberse tomado nunca unas vacaciones en su vida, como si eso fuese una virtud y no un defecto. Hoy pienso, que gran error, ya que considero que las vacaciones de una persona son una necesidad humana y que cuando se dispone y se disfruta de ellas y se tiene la oportunidad de viajar, los beneficios personales, sociales y humanos que se obtienen, se multiplican.




Mas adelante, ya en la década de los 60, la actividad turística se fue incrementando  y los personajes que se acercaban por la villa , procedían principalmente de Europa y de algún país sudamericano, familias privilegiadas de la clase pudiente de la época, que por aquel tiempo, al parecer eran los únicos que hacían turismo. Ante su presencia los niños y muchachos de Santillana continuábamos   mirando con curiosidad, especialmente a los lujosos coches y motos con sidecar que los singulares turistas aparcaban delante del Parador o en las cocheras del mismo.



Todo este panorama se vivía y discurría entonces en "la Villa de piedra", acompañado también por la presencia en la época estival de otros visitantes, como los estudiantes universitarios del S.E.U, que como gente joven que era montaba sus fiestas en las estancias de las casas del águila y la parra, en Santillana, pero que también, de alguna forma contribuía a nuestra curiosa formación de futuro, al aportarnos esta gente joven que venia de Madrid, a los jovenes de la villa,  la oportunidad de convivir con ellos durante los veranos.

Al mismo tiempo y  también en verano, se daba cita una buena muestra de la burguesía española, que acompañados de las personas a su servicio, acudían a Santillana a disfrutar el verano, habitando algunos de los palacios y casas solariegas de la Villa. Familias como los Marqueses de Benameji, los Bragatión-Borbon, los Juanco, los Gustavo Gili, los Obregón, los Quijano, los López de Hoyos, los Velarde, los Ibarra o la mismísima Archiduquesa Margarita de Austria etc, eran habituales y se daban cita en nuestro pueblo. Una imagen que no era muy frecuente ver en las poblaciones o villas del entorno de Santillana, en una España que lentamente y con dificultad comenzaba a levantarse de sus cenizas de posguerra.

 Estas cosas y otras son difíciles de olvidar por un grupo de niños y muchachos curiosos que nos dábamos cita delante del parador o en las calles y plazas de la Villa cuando nuestros mayores o nuestro tiempo nos lo permitía, que tiempos aquellos.....


                                      


Desde entonces Santillana ha cambiado bastante, no tanto en lo estructural de su monumental urbe, ya que ésta afortunadamente se mantiene en bastante buen estado de estética y conservación, pero éste cambio sí es notorio en la mentalidad e iniciativa comercial y empresarial de sus habitantes y su hoy forma de vida, la prueba más evidente es que actualmente la gran mayoría de las familias burguesas que disfrutaban de los veranos en Santillana, relacionándose fundamentalmente entre ellos, ya no vienen ni frecuentan la Villa en verano y la mayoría ya no son propietarios de los palacios o casas solariegas que antaño poseían. En su mayor parte, éstos, han pasado a ser propiedad de algunos empresarios hosteleros locales o foráneos.




El turista y las indudables posibilidades de negocio que a éste acompañan han cambiado radicalmente la mentalidad y también  la economía de la villa, antaño basada en la ganadería o el obrero mixto. Una sociedad que además de la ganadería local, fruto de la cercanía e influencia de la floreciente industria de la comarca de Torrelavega, comenzó también a beneficiarse de este recurso, aportando trabajadores a las fabricas y creando con ello lo que entonces se denominaba como el "trabajador mixto", una actividad que , sin duda, favoreció también la economía y la forma de vida de la mayoría de las familias de Santillana.




Indudablemente ésta situación de economía y trabajo, hacía que en Santillana por las décadas de los años 60 a los 70 la mayoría de su población, con respecto a otras poblaciones del entorno, no viviese mal, todo lo contrario, las economías familiares disponían de varios ingresos y recursos, como los economatos de las fabricas en las que las familias de trabajadores, adquieren productos alimentarios que ellos no podían producir, a bajo costo. No hay duda que la dedicación anterior de las familias de la villa a la ganadería y la industria, ésta mentalidad de bienestar y falta de visión, muy especialmente cuando se proc día de tiempos muy difíciles. Quizás motivó que en los tiempos iniciales de aparecer el turismo por la Villa, fuesen otras personas no habitantes o nativas de ésta, quienes en principio se instalaron en Santillana, abriendo los primeros negocios o tiendas para aprovechar la situación favorable o ventajosa de negocio, al atender las demandas de un turismo cada vez más numeroso y pujante. Recuerdo que el primer negocio de cara al turismo que se abrió en el pueblo, por un habitante de éste, fue el de María Luisa, que apoyada o motivada por los productos que producía de sus vacas y gallinas, abrió en los bajos del  portal del palacio de Los Cossío, un puesto donde vendía al turismo, pura leche de sus vacas acompañado por un exquisito bizcocho que ella misma elaboraba con productos caseros de producción propia. En un principio la gente del pueblo, la tomaba por una persona poco normal, porque se dedicaba a esas cosas, pero con el tiempo, esta buena e inteligente mujer, demostró al pueblo los beneficios que se podían obtener del turismo. Vaya si lo demostró la buena de María Luisa, solo hay que percibir hoy que muchas otras familias de la villa han seguido sus pasos. Aun hoy, si os acercaís por Santillana, se puede degustar el exquisito manjar de María Luisa, que gestionado por su familia, el negocio aun persiste en el mismo lugar.

Hoy con la constante trasformación de la vida y las personas, la economía de Santillana ya no es como la de antaño ni mucho menos, gracias ha aquellos pioneros ha cambiado y aunque con bastante retraso, al desaparecer los establos de ganado de las casas del casco urbano y quedar libres para su explotación o habitabilidad, grandes espacios de los inmuebles, hoy son algunos de los nativos de Santillana los que han hecho valer las ventajas que suponen sus propiedades, reconvirtiendo sus inmuebles y su, hasta entonces, tradicional trabajo en la ganadería y las industrias, hacia las demandas del turismo, del que están obteniendo  mayores beneficios de éste, desarrollando y aumentando notablemente sus economías familiares y empresariales y su más que notable patrimonio. Aunque también es verdad que este ansia de negocio de los últimos tiempos, junto con la saturación e instalación de todo tipo de locales comerciales en lo que antaño eran instalaciones ganaderas o simples viviendas al uso, aprovechando la masificación de visitantes al casco antiguo, ésta haciendo perder poco a poco parte del encanto y atractivo que "la villa de piedra" ha gozado. Creo que es una labor de todos, moderar esto y "no matar la gallina de los huevos de oro" que hoy supone la presencia del turismo masificado. Muy especialmente una labor a realizar desde los administradores públicos que administran el ayuntamiento de la villa, que son los que en primer lugar deben de adoptar medidas encaminadas a proteger el singular casco urbano de Santillana del Mar.




No obstante, el elegido como uno de los pueblos mas bellos de  España, actualmente cuenta con más de 70 casas palacio y es el principal centro de interés histórico - artístico de Cantabria y una de las localidades más visitadas. Su estructura y arquitectura de la Alta Edad Media, cuando era la capital de las llamadas "Asturias de Santillana" ha permanecido casi intacta hasta nuestros días. La Colegiata de Santa Juliana y su claustro, la obra más importante del románico en Cantabria, junto con la proximidad de Las Cuevas de Altamira, son el magnífico colofón de la villa que atrae a tantos turistas.



Ya en el siglo IX unos monjes que trajeron las reliquias de Santa Juliana debieron levantar una ermita y monasterio aquí. Con el apoyo nobiliario, se convirtió en la abadía más importante de Cantabria en la Edad Media. 

Como ya e comentado, la Colegiata es el edificio más representativo de Santillana y la joya más importante del románico en Cantabria. De aspecto monumental al exterior, está construida en sillería arenisca. Se le añadieron en los siglos XVI-XVII algunas construcciones, como la logia sobre el muro sur, la sacristía y la casa del abad, que han logrado adaptarse perfectamente al espíritu medieval del monumento.




A escasos 2 Km del casco monumental de Santillana se encuentra la llamada capilla Sixtina de arte cuaternario. La original Cueva de Altamira, por motivos de conservación está actualmente cerrada a la visita pública, aunque en su lugar se ha instalado una réplica a escala milimétrica de la original, donde el visitante podrá apreciar en toda su extensión la cavidad así como las pinturas de Altamira. Descubierta por Marcelino Sanz de Sautuola en 1879, cuenta asimismo con un importante museo didáctico y está ubicada en una colina próxima a la villa de Santillana del Mar. Su descubrimiento hace 120 años, suscitó una fuerte polémica entre los arqueólogos por la autenticidad de las mismas, ya que no creían capaces a los hombres prehistóricos de realizar unas pinturas tan perfectas. Actualmente, son las cuevas más importantes y famosas del Paleolítico a nivel mundial. La cueva de Altamira ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y es una de las joyas más importantes de Cantabria y, probablemente de España, dado su reconocimiento universal.




Para finalizar comentar, que si os acercáis a visitar Santillana con una autocaravana ( una de mis pasiones), los autocaravanistas también disponen de dos camping bastante buenos, pero siempre que nos comportemos correctamente, nunca hemos tenido ningún problema para aparcar o pasar la noche en una autocaravana en un aparcamiento de Santillana, así que en virtud de la acogida que nos da esta notable villa turística de Cantabria, por favor no dejemos de agradecer esa aptitud con un buen comportamiento, respetando el espacio publico y las normas de aparcamiento, haciendo compatible nuestra actividad con el  resto de usuarios de los espacios públicos que compartimos.





Si el espacio de aparcamiento de Socolina, es escaso o dificultoso, mi recomendación es aparcar en el aparcamiento próximo al de los autobuses, situado en la Avd, Le Dorad,  en la proximidad de una de las entradas de Santillana. N-43º23'12.19'' O-4º06'08.73''.






No obstante y para quienes tengan la intención de visitar Santillana del Mar y las cueva De Altamira os pongo unas coordenadas GPS. de algunos lugares de aparcamiento.

Santillana aparcamiento de Rolaceña, N-43º23'22'' W-4º06'21''.

Santillana, hoy en 2022, por fin dispone de un excelente área de servicio para autocaravanas, privada de pago, muy próxima a casco antiguo y la colegiata románica. 43°23'31.8"N 4°06'06.4"W

En el aparcamiento de las cuevas de Altamira al final de la jornada cierran el mismo por lo que no se puede pasar la noche.

Aparcamiento de Altamira, N-43º22'40'' W-4º07'25''.

Y si lo que queremos es un lugar tranquilo y bucólico a 5 Km de Santillana , disponéis de un buen lugar para disfrutar de una jornada en la proximidad del mar y una cala costera con una preciosa playa.

Aparcamiento de la playa de Santa Justa N-43º25'22'' W-4º05'56''.


Para ver mas fotos Pinchar aquí

Buena ruta y mejor disfrute.

Pedro Ansorena Antón. 

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Hello Spain, we really like his stories of the blog, we also have a motorhome and we are planning to travel by Spain. Data and coordinates that makes us much encouraged, alquilemos a motorhome to visit some of the districts which tells us.

Thank you very much for all the good that it has.

Bering from Oklahoma USA family.

Hola España, nos gustan mucho sus relatos del blog, nosotros también disponemos de una autocaravana y estamos planeando hacer un viaje por España. Nos anima mucho los datos y las coordenadas que pone, es posible que alquilemos una autocaravana para visitar algunas de las comarcas que nos narra.
Muchas gracias por todo lo bien que lo cuenta.Familia Bering desde Oklahoma USA.

ARO dijo...

Hasta en USA te leen. Esta entrada es especialmente hermosa. Santillana es una maravilla. Saludos.

Pedro Ansorena. dijo...

Estimada familia Bering:
Me alegra mucho que les sea de utilidad lo que cuento en el blog. España tiene muchos lugares con encanto y atractivo, les animo que viajen ustedes a mi país y si es posible recorran el territorio en una autocaravana, seguro que quedaran encantados.

Muchas gracias por sus comentarios.
Un saludo desde España.

Estimado AROBOS:
Por lo que he leído y visto en tu blog http://arobos.blogspot.com a mi aun en estas lides me queda mucho que aprender de ti.

Lo de Santillana ya sabes..... lo tienes fácil, como tú dices coge "carretera y manta" ja.ja.ja y acércate por aquí.

Un saludo.

Aparcamiento larga estancia dijo...

Interesante! Saludos

Anónimo dijo...

Para mi es uno de los mejores pueblos que he visitado por no decir el mejor. La mejor leche que he tomado ha sido junto a la colegiata con su repostería correspondiente, inmejorable. Gracias por recordarme nuevamente este maravilloso lugar. Mis mas sinceras felicitaciones de uno del Sur.

Pedro Ansorena. dijo...

Gracias por tus comentarios amigo. No hay duda de que a pesar de todo lo que se mueve alrededor, la villa de Santillana aun alberga grandes atractivos para disfrutar.

Conozco perfectamente el portal del palacio de los Cossío, donde María Luisa, una persona entrañable de la villa hoy fallecida (que en paz descanse) fue uno de los pocos habitantes de Santillana que percibieron a primera vista, allá por los años sesenta y tantos, el recién aparecido turismo.

Fue una de las primeras personas que vio la corriente de negocio que comenzaba a moverse por la llamada "villa de piedra", iniciando en el citado portal una entonces humilde pero notable actividad que aun hoy en día permanece, utilizando los humildes pero exquisitos recursos que tenía a su alcance, ofreciendo al turista la natural leche de sus propias vacas hervida en un puchero (nada que ver con la leche de ciudad) acompañado por la exquisita tableta de bizcocho, que ella misma con la ayuda de sus hijas elaboraba, utilizando el producto casero de la mantequilla de vaca, la harina, los huevos de sus gallinas y mucho amor para la elaboración como María Luisa le dedicaba.

Un saludo.

JESUS dijo...

Este fin de semana hemos estado en Santillana del Mar, hacia años que no lo visitabamos.estuvimos toda la familia, y fue excepcional...Sus calles, sus tiendas, esa Colegiata romanica unica...Y nos llevamos una sorpresa muy agradable, con el Museo Jesus Otero, La última vez que estuvimos, pudimos verlo por fuera, pero estaba cerrado...Descubrimos la obra de un hombre excepcional y un gran artista reconocido mas a nivel internacional, que nacional..Fue un lujo para nosotros que nos hicieran una visita guiada, y asi descubrimos al hombre...y al gran artista,,, Nos atendio una chica encantadora, que ademas nos informo de otras opciones por Santillana... Reseñar que quedamos encantados con la atencion de Nieves.. Enviamos un saludo y felicitaciones por como esta Santillana,,,y deirles que volveremos pronto a vereles como le prometimos a la srta, Nieves...Un saludo de
La familia Marcos

Pedro Ansorena. dijo...

Estimado Jesús y familia, como nativo en Santillana del Mar, me alegra que vuestra estancia en Santillana haya sido de vuestro agrado.

Ya comento en el relato que aunque Santillana ha cambiado bastante, no lo ha hecho en lo estructural y gracias a ello, la villa de piedra todavía tiene mucho que ofrecer. Tuve el honor de conocer personalmente al artista Jesús Otero, muchas de las esculturas de las que habéis disfrutado se las vi yo hacer. Era amigo y estudió con mi padre, con Jesús pase algunos ratos en su taller ayudándole a mover los bloques de piedra y a darle a la fragua donde templaba los hierros con los que esculpía, por ello guardo gratos recuerdos de él.

Tambien conozco a Nieves, la guía que os acompaño en el museo. Cuando me acerque por Santillana, la saludaré y le trasmitiré vuestras sensaciones de la villa, de su trabajo y del trato que os dio.

Saludos.

Isabel Navarro dijo...

Yo también soy de Santillana, y, aunque un poco más joven, he vivido casi todas las cosas que relatas. Realmente creo que somos unos privilegiados, porque hemos disfrutado de una infacia de pueblo, pero al mismo tiempo hemos conocido el mundo a través de los que nos han visitado.
Ahora las cosas han cambiado bastante. En invierno Santillana se queda un poco triste, no porque no haya turistas, que antes tampoco los había, sino porque lo que no hay apenas son vecinos. El turismo ha sido nuestra salvación, pero también, en mi opinión, nuestra sentencia de muerte como pueblo. La mayoría de las casas han pasado de ser viviendas a locales para cualquier tipo de negocio. Es lógico que los afortunados que dispongan de una, lo rentabilicen, pero a mí me da mucha pena.
Somos uno de los pueblos más bonitos de España. Espero que no sea tarde para recuperar algo de la vida rural de antaño, que nos ha hecho tan especiales.

Pedro Ansorena. dijo...

Buenos días Isabel. En primer lugar darte las gracias por interesarte por estas cosas que escribo en el blog.
Por tu apellido debes de ser hija de Juan navarro y Conchita Andrés, tu padre familiar del párroco Don Francisco, cuanto me acurdo de Don Francisco, que buena persona era y que buena labor hizo en Santillana en aquellos tiempos tan difíciles. Al mismo tiempo llevas el nombre de Isabel, la hermana de Don Francisco, otra muy buena persona, que descansen en paz.
Estoy muy de acuerdo con lo que comentas, es cierto que los habitantes de Santillana somos unos privilegiados, porque la vida nos ha dado la oportunidad de vivir en un ambiente de pueblo rural, acompañados también y al mismo tiempo de los monumentos de la villa y los turistas que nos visitan.
También en lo que comentas, sobre que el turismo ha sido nuestra salvación, pero que al mismo tiempo esta siendo “nuestra sentencia de muerte como pueblo”. Que gran verdad y que bien lo estas captando, lo que demuestra que en esta vida no hay nada por nada, por todo hay que pagar un precio. Esto es así, pero esta claro que la gente también tiene derecho a sacarle rentabilidad a sus propiedades para tratar de vivir un poco mejor. Aunque a mi también me da mucha pena, cundo me acerco por la villa, percibir que ya las cosas no son igual y que ya no se ven apenas personas que se han criado junto a ti, que pena.
De todas formas, tanto los habitantes de Santillana como los administradores públicos, deben de tratar de orientar las actividades que genera este flujo turístico y tratar de conservar en todo lo posible un pueblo tan singular, lo de recuperar la vida de pueblo de antaño y la convivencia que había entonces, creo que en este Mundo que camina parece que sin freno, donde a pesar de las grandes aglomeraciones, cada vez la gente vive mas aislada e ensimismada en sus unicos problemas, estaría muy bien, pero creo que aunque nos de pena ya es imposible, es una situación de estilo de vida y de objetivos o ambiciones personales.
En Fin…….Isabel, me alegro mucho de comentar esto contigo y ver como percibes la situación de nuestro pueblo. Un Beso.

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